Durante el experimento, los investigadores analizaron los datos de 475.397 personas sanas y 1.162 individuos que padecían esquizofrenia. En particular, tomaron en cuenta el sexo, la edad, el peso, el nivel de educación de los participantes, su velocidad de reacción y su capacidad para resolver problemas de lógica. Además, también estudiaron sus capacidades para resolver varios problemas a la vez.
Según los científicos, existe un vínculo directo entre la fuerza prensil de una persona y su capacidad cognitiva, tanto entre las personas sanas como entre las esquizofrénicas.
No obstante, los investigadores afirmaron que todavía se requieren más estudios para disponer de datos concretos que expliquen cómo influye el ejercicio físico en el funcionamiento del cerebro y la memoria.
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