Según May, la actividad de los bots rusos presuntamente creció hasta 4.000% tras el envenenamiento de los Skripal y el ataque de EEUU, el Reino Unido y Francia contra Siria.
"Un bot, @ Ian56789, estuvo divulgando 100 publicaciones al día desde el 7 de abril y cubrió una audiencia de 23 millones de usuarios en 12 días. El otro, @Partisangirl, tiene 61 millones de seguidores y 2300 publicaciones en el mismo período".
Según The Guardian, son "bots rusos", es decir, programas que envían automáticamente mensajes de cierta naturaleza.
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La cuenta @Ian56789, mencionada en el informe gubernamental, pertenece a un jubilado británico.
Ian comentó a la agencia que tras la publicación del informe de Whitehall, su cuenta fue bloqueada por la administración de Twitter. Según él, los redactores del informe no se habían puesto en contacto con él, tampoco lo hizo Twitter, ni los periodistas de The Guardian. Después de que los lectores de Ian confirmaran su identidad, la cuenta se desbloqueó y la administración de Twitter se disculpó.
No obstante, los periodistas no le pidieron perdón ni siquiera después de su entrevista al canal Sky News, en la que confirmaba que es una persona real.
"Esto no tiene nada que ver con Rusia. Pero tiene todo que ver con las masivas mentiras constantemente contadas por los Gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos sobre sus ilegales guerras de agresión", comentó a Sky News.
El columnista de Sputnik, Vladímir Kornílov, contactó a Heather Stewart, autora del artículo para The Guardian y le pidió explicar por qué llamaba bots a dos usuarios de Twitter. La periodista británica contestó: "No es mi análisis sino del Gobierno".
La respuesta de Stewart provocó una oleada de críticas en la Red. Los internautas le recordaron que no era taquimecanógrafa del Gobierno y que antes de culpar a alguien hay que verificar los datos.
It's not my analysis — as the piece makes quite clear — it's the government's. https://t.co/50C7Ozhv8m
— Heather Stewart (@GuardianHeather) 20 de abril de 2018
Mientras tanto, el segundo supuesto bot, mencionado por el medio, @Partisangirl, es una conocida periodista australiana y bloguera, Maram Susli, de origen sirio. Lo confirma su blog en YouTube e incluso Wikipedia. En Twitter, tiene una cuenta verificada, es decir, se confirma su autenticidad, lo que demuestra el ícono correspondiente.
In spite of what you have heard in the @Guardian and @SkyNews and I AM Human. I am not a machine! I bleed red. My name is Maram Susli and I am a journalist. This is how far the #FAKENEWS has come. @partisangirl pic.twitter.com/bsLcVncDUK
— Partisangirl 🇸🇾 (@Partisangirl) 20 de abril de 2018
El diario The Times, por su parte, publicó el artículo titulado: 'Los trolls de Skripal se movilizan para difundir noticias sobre el bombardeo'. Según el autor de la publicación, Mark Bridge, la activista de Finlandia bajo el nombre de Citizen Halo podría ser un bot del Kremlin.
Sputnik contactó también con Citizen Halo. Resultó que es una anciana finlandesa de la ciudad de Jyväskylä.
"No soy un troll ruso, soy una abuela de Finlandia, opositora convencida de la guerra. Es fácil verificarlo, porque llevo en Twitter más de nueve años", comentó en un vídeo para los usuarios.
Según Citizen Halo, hace aproximadamente un mes, Deborah Haynes, editora de The Times, contactó con ella para preguntarle si de verdad era un trol ruso. La bloguera lo negó, pero el diario afirmó que Citizen Halo no respondió a su solicitud.
Varios usuarios, mencionados en el informe y los medios, contaron a Sputnik que están consultando a los abogados para presentar demandas por difamación.
Mientras tanto, los periódicos no se apresuran a disculparse. Porque entonces tendrán que admitir que el Gobierno de Su Majestad miente abiertamente a sus ciudadanos. Y si han mentido en esto, podrían haber mentido en otras cosas, como en el caso Skripal y el presunto ataque químico en Siria.