"Es muy importante el rol de China y Rusia en el conflicto de las dos Coreas"
Como tercera pata de esta cumbre aparece Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha reducido el tono de la confrontación con Kim de cara a una posible reunión entre ambos prevista para mayo.
Días atrás el propio mandatario destacó el viaje de su secretario de Estado designado y actual jefe de la CIA, Mike Pompeo, a Pyongyang para ajustar detalles de ese encuentro.
"Es necesario que Trump siga bajando el nivel de retórica y no haga nada imprevisible, que cumpla con las promesas", destacó en diálogo con Sputnik Andrés Raggio, asistente de Investigación para estudios de área sobre Asia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad pública uruguaya.
Ambas potencias han propiciado el diálogo como única salida a la crisis y mientras que acataron todas las sanciones impuestas por la ONU a Corea del Norte, nunca dejaron de buscar otras opciones. Y si bien parece ser ésta la línea que se impuso, todavía resta un largo camino por recorrer.
Un camino que para Raggio "sinceramente no creo que sea como uno desearía y llegue a tan buen puerto, más allá de a quién pueda favorecer luego en el juego geopolítico".
En este sentido, marcó que tras el encuentro del 27 habrá que volver a medir la voluntad de las partes para avanzar más allá de esta cumbre. Serán clave entonces los límites que se le ponen de entrada al otro.
Raggio sostiene que sería un fracaso para Corea del Norte "firmar el desmantelamiento nuclear, porque perdería la única herramienta que tiene en el sistema internacional. Por otro lado, sería un fracaso para EEUU si se retiraran las tropas de Corea del Sur".
Como alternativa, Pyongyang podría decir: "Hemos cumplido con el objetivo de probar las ojivas nucleares, ya las tenemos, no necesitamos más hacer las pruebas. Eso no quiere decir que yo las desmantele. Puedo cerrar los lugares de prueba, pero no desmantelar las bombas".