"Nosotros ofrecemos el uso de estos equipos, los cuales no sé por qué razón nunca estuvieron involucrados en las búsquedas. Los AUV son adecuados para la topografía de la zona: se lanzan al agua y una vez programados buscan de forma automática", explicó.
El ejecutivo afirmó que, con este aparato, las posibilidades de encontrar el submarino desaparecido desde el 15 de noviembre de 2017, son reales. A pesar de que distintas armadas internacionales colaboraron en la búsqueda, incluído el buque ruso Yantar, el empresario de origen venezolano asegura que faltó el uso de este elemento.
"El Yantar hizo un excelente trabajo pero no puso un AUV en el agua y esa es la diferencia que nosotros estamos proponiendo", mencionó.
Según Marino, si se toman en cuenta todas las hipótesis de lo que pudo ocurrir al momento de la desaparición "algo se va a encontrar". "En el peor de los casos podremos ver las piezas, porque este equipo navega muy cerca del fondo, a escasos centímetros, y tiene una excelente cobertura", afirmó el ingeniero.
La compañía cobrará 3,8 millones de dólares por la búsqueda y recibiría un 10% de adelanto para trasladar el equipamiento hasta aguas argentinas, planificado para principios de junio.
El ministro explicó que todavía no se ha resuelto la forma para transportar el AUV, porque es necesario adaptar un barco para ello.
Marino comentó que SEA se especializa en la investigación subacuática y ha participado en las búsquedas de aviones desaparecidos, que hoy cuentan como hallazgos de la empresa.
"Hemos tenido éxito en otras expediciones de este tipo, incluso en topografías similares a dónde se encuentra el San Juan. Incluso hemos encontrado aviones a casi 1.000 metros de profundidad", comentó el ejecutivo.
El último hallazgo fue en febrero: un Gulfstream III que se precipitó entre Trinidad y Venezuela. Esta aeronave, un jet de negocios, "se dividió en 90 partes con el impacto y nosotros las encontramos todas, incluso las cajas negras", aseguró.