Los precursores fueron los diseños simbólicos, conocidos como petroglifos, elaborados por el pueblo indígena chibcha en las paredes de las cuevas de la Sabana de Bogotá, intervención artística que evolucionó con la aparición de las grandes ciudades.
Hoy la capital colombiana es considerada una de los centros sudamericanos del grafiti, y eso despierta un gran interés por parte del colectivo de arte urbano a nivel mundial. Desde el barrio La Candelaria parte todos los días el Bogotá Graffiti Tour, una actividad que busca dar a conocer esta expresión artística.
"Toda la ciudad está cubierta con grafitis. En cualquier ciudad grande la infraestructura permite eso. Aquí el graffiti artístico lleva pasando más o menos unos 20 o 30 años", explicó a Sputnik Jahir Dimaté.
En los muros de Bogotá la población expresa su sentir. Los grafitis se convirtieron en una forma retratar el contexto del país, especialmente durante el periodo de más violencia. Por eso para los artistas urbanos es importante que las autoridades entiendan el valor de estas expresiones para la ciudad.
"Mientras más gente se involucre, más gente lo entienda, se podrán hacer más cosas. Desafortunadamente hay muchos gobiernos, por ejemplo el alcalde que tenemos ahora, que no aprecian los graffitis, y lo quieren quitar de ciertas zonas", señaló Dimaté.