Al intervenir en la reunión de un grupo de trabajo de este ente, el diplomático subrayó que el ataque se lanzó sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, violando burdamente la Carta de Naciones Unidas, y sin existir amenaza para estos países por parte de Siria, con la que no se encuentran en estado de guerra.
"Son acciones agresivas que agravan la dramática situación humanitaria en Siria, hacen el juego a los grupos terroristas, provocan nuevas oleadas de refugiados y al fin de cuentas multiplican los sufrimientos de la población civil, de cuyo bien dicen preocuparse tanto EEUU y sus aliados, pero en realidad la castigan imponiendo sanciones al suministro de medicamentos", dijo.
Rusia no participó en esta operación militar, pero estuvo siguiendo todos los lanzamientos.
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El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó lo sucedido como un acto de agresión contra un Estado soberano, señalando que el supuesto uso de armas químicas que sirvió de pretexto para lanzar ese ataque, no fue confirmado ni por los expertos rusos ni por la población local.