La susodicha, que se ha limitado decir a la NDERF, a la Fundación para la Investigación de Experiencias Cercanas a la Muerte, y que se llama Audra, cree haber descendido hasta el Inframundo tras sufrir un ataque cerebral. La experiencia fue, según ella, "totalmente angustiante". Y no es para menos tratándose del Infierno. Por suerte, los paramédicos lograron salvarla, según publica el Daily Express.
"No podía respirar y empecé a gritar: '¡Que alguien me ayude! ¡No puedo respirar!'. Pero cuanto más gritaba, más rápido descendía", añade angustiada y preocupada Audra.
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Los esfuerzos por hacer ver a Audra que todo se trataba de una jugada de su mente han sido en vano, y la británica sigue convencida de que está condenada al Infierno para toda la eternidad. Los especialistas afirman, sin embargo, que existe una explicación científica para lo que le ha ocurrido y que casos parecidos al suyo les suelen ocurrir a las personas a las que se consigue resucitar tras una muerte clínica.
"Suelen describir la sensación diciendo que ven una luz brillante, cálida y acogedora que atrae a la gente. La describen como una claridad en la que se sienten junto a sus familiares ya fallecidos y en la que se separan de sus propios cuerpos y ven a los médicos operándolos", explica Sam Parnia, director de la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto de Medicina de Langone, en Nueva York (Estados Unidos).
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