A Lee, quien ocupó la presidencia de Corea del Sur entre 2008 y 2013, se le imputan 16 delitos, entre ellos aceptación de sobornos por millones de dólares, abuso de poder, malversación de fondos, evasión fiscal y otras irregularidades, según la agencia Yonhap.
Detenido en marzo, el exmandatario se encuentra actualmente en una prisión preventiva.
Se trata del cuarto líder surcoreano arrestado y llevado a juicio, tras los expresidentes Chun Doo-hwan, Roh Tae-woo y Park Geun-hye. Esta última fue sentenciada a 24 años de prisión.
Lee rechaza la mayoría de los cargos que se le incriminan y se negó a reunirse con los fiscales que le visitaron en el centro de detención para realizar un nuevo interrogatorio.