Las sanciones contra Rusia fueron impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y varios otros países en el 2014 bajo el pretexto de la situación en Crimea y con el objetivo de causar daños a la economía rusa, lo que obligaría a los líderes del país a cambiar radicalmente el rumbo de la política exterior.
EEUU y la UE, en búsqueda de cosas distintas
En primer lugar, la UE y EEUU persiguen objetivos diferentes con las sanciones, destaca el experto. Las sanciones de la UE se centran en el problema ucraniano y están vinculadas a la implementación de los acuerdos de Minsk. En teoría, deberían hacer que Rusia, que como en varias ocasiones lo ha subrayado Moscú no forma parte del conflicto, mantenga el alto el fuego y aplique otros puntos del acuerdo.
Sin embargo, esta posición es inconsistente, ya que la aplicación de los acuerdos de Minsk depende principalmente de Ucrania, mientras que Kiev es capaz de bloquear deliberadamente su implementación, así como mantener la presión.
Estados Unidos, a su vez, tiene metas mucho más amplias, como descreditar y aislar a los líderes políticos de Rusia, lo que socavaría la influencia de Moscú en el ámbito internacional y la confianza de los inversores en Rusia, y, al mismo tiempo, fortalecería la influencia estadounidense en Europa en el contexto de la supuesta 'amenaza rusa'.
El analista señala también que "Estados Unidos ocupa un lugar preponderante en el sistema financiero mundial, lo que le permite imponer una política de sanciones que involucre incluso aquellos países que formalmente no las apoyan".
El daño a la economía rusa y europea
Los datos de los analistas rusos sobre el daño económico derivado de las sanciones difieren entre sí y de los datos europeos. En marzo de 2016, el asesor presidencial ruso Serguéi Gláziev estimó las pérdidas económicas de Rusia en 250.000 millones de dólares tras dos años de sanciones.
El perjuicio para la UE se estimó en 40.000 millones de euros (0,3% del PBI) en 2014 y 50.000 millones de euros (0,4% del PBI) en 2015. En comparación, el daño a Rusia se estimó entre un 8 y 10% del PIB en 2015.
En cuanto a las pérdidas económicas de Estados Unidos por las sanciones contra Rusia, son menores que las pérdidas de la UE. Rusia representa menos del 1% del comercio de EEUU. Dado el crecimiento económico que tiene lugar en el país norteamericano, el daño de las sanciones para la economía estadounidense se puede considerar inexistente.
Rusia, a su vez, sí que ha sufrido, sostiene Timoféev. Su comercio exterior, la competitividad de sus empresas y su atractivo de inversión han bajado significativamente. El recimiento económico se ralentizó aún más. En segundo lugar, las sanciones afectaron a la propia Unión Europea como el principal socio comercial de Rusia. Sin embargo, gracias al volumen total de la economía de la UE, le resulta más fácil soportar estas pérdidas.
Las perspectivas de la política de sanciones
La Unión Europea podría ampliar las sanciones, por ejemplo, debido a la 'interferencia en las elecciones'. Sin embargo, esto es poco probable, ya que las acusaciones no tienen pruebas serias.
La segunda dirección es la aplicación extraterritorial de las sanciones estadounidenses. Pueden afectar a terceros países, socios de Rusia, especialmente en los sectores de energía y defensa.
En tercer lugar, la legislación de las sanciones de Estados Unidos podría profundizarse. EEUU podría preparar y presentar al Congreso diversos informes sobre Rusia, como por ejemplo el llamado 'Informe del Kremlin'.
Cómo Rusia puede resolver la situación
La primera tarea fundamental para minimizar el daño causado por las sanciones es dar un 'giro hacia Oriente' y el desarrollo de las relaciones comerciales con los países de la región asiática. Sin embargo, no resuelve el problema de las sanciones, ya que las restricciones financieras causan muchos más problemas que las comerciales.
La segunda recomendación del analista es identificar las relaciones con la UE como una prioridad para evitar exacerbar las relaciones con Europa, mantener un diálogo abierto y franco sobre temas complejos y desafíos comunes. Es mucho más fácil, y más útil revocar las sanciones europeas que las estadounidenses.
También es importante mantener lazos con el país norteamericano a nivel de negocios, universidades, ONG, centros de investigación y organizaciones de expertos. También es menester dar respuestas claras, consistentes y cuidadosamente planificadas a acciones hostiles específicas contra Rusia.
Además, es necesario plantear la cuestión de la ilegalidad de las sanciones unilaterales en las instituciones de la ONU.
"Finalmente, lo más importante es el desarrollo de la economía rusa, su diversificación, la profundización de los vínculos con el mercado mundial y los negocios globales. Las sanciones funcionan contra estados económicamente débiles y aislados. Rusia necesita concentrarse en los problemas de su propio desarrollo. El atraso económico y tecnológico es la principal amenaza para la soberanía rusa en la actualidad", concluye Timoféev.