Los restos de la mujer fueron encontrados en 2010 en una tumba de la ciudad de Imola, en la provincia de Bolonia.
La mujer tenía entre 25 y 35 años y estaba en la 38 semana de embarazo cuando falleció, indica un reciente estudio que se publicará en la edición de mayo de 2018 de World Neurosurgery.
Cuando los arqueólogos descubrieron su esqueleto en el ataúd, hallaron también la cabeza y el cuerpo del feto entre sus caderas, mientras que las piernas del bebé estaban en la región pélvica, tal y como ocurre durante el parto.
Scientists reveal remains of a medieval pregnant woman who appears to have given birth in her gravehttps://t.co/fsxoQoyXfC pic.twitter.com/c9Q1rAqLPY
— Forbes (@Forbes) 30 марта 2018 г.
Los científicos de la Universidad de Ferrara y la Universidad de Bolonia creen que se trató de un "nacimiento póstumo" medieval.
Este extraño fenómeno se produce cuando el feto se exprime desde el útero y sale del cadáver de la mujer embarazada debido a los gases formados en la cavidad abdominal durante la descomposición. A diferencia del parto natural, el cuello uterino no se abre después de la muerte y el feto sale al exterior tras rasgar el útero por la presión de los gases.
Los investigadores creen que el agujero fue perforado para aplacar la preeclampsia —que se produce únicamente durante el embarazo—. Uno de sus principales síntomas es el pronunciado aumento de la presión arterial. Aparentemente, los doctores recurrieron a la trepanación para tratar de reducirle la tensión a la mujer, aunque a pesar de ello (o, tal vez, debido a ello) murió.