"Ninguna situación similar se concluyó con la verdad ni por lo menos con una respuesta a algunas de las preguntas hechas por todo el mundo: los investigadores, la comunidad, Rusia", señaló en un programa de televisión nacional 60 minutos, al recordar que los casos de Alexandr Perepelichni, Alexandr Litvinenko y Borís Berezovski siguen sin respuesta.
Tachó las acusaciones de Reino Unido contra Rusia de "una provocación internacional colosal".
Así, el empresario Alexandr Perepelichni falleció en 2012 durante un recorrido matutino cerca de su casa en la ciudad británica de Weybridge.
En el año 2000 un exoficial del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), Alexandr Litvinenko, se fugó en Gran Bretaña y seis años después falleció, envenenado en un hotel en pleno centro de Londres con polonio radiactivo 210, presuntamente administrado en una taza de té.
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Otro ruso fugitivo, el magnate Borís Berezovski, también murió misteriosamente en tierra británica: su cuerpo fue encontrado en su casa, los resultados de la autopsia indicaron que pudo haber muerto por ahorcamiento.
Cuatro años después fue canjeado junto con otros dos individuos condenados por espionaje por 10 personas detenidas en Estados Unidos.
Este 12 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, calificó de "altamente probable" que Moscú esté detrás del envenenamiento.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, tachó de "disparate" acusar a Rusia de estar implicada en el caso y ofreció colaboración al Reino Unido para investigar el caso.