"El riesgo del deshielo de los cementerios de ganado es realmente muy alto (…) en algunas partes, todo podría suceder muy rápido", señaló Kokorin.
Se trata de un rápido termokarst, proceso de derretimiento del hielo subterráneo acompañado de crecidas fluviales que destierra los cementerios en las orillas de los ríos y, además, el suelo se vuelve más blando por el deshielo del permafrost.
"Los ríos derrubian los cementerios de ganado y de personas que murieron del carbunco", prosiguió Kokorev, "nuestros antepasados sepultaron a sus seres queridos en las orillas altas y hoy día el derrubio sucede más rápido; no siempre se trata de un cementerio lleno de crucifijos, pueden ser también unos sepulcros discretos que presentan peligro".
El centro para monitoreo y pronóstico de desastres naturales del Ministerio ruso de Emergencias alerta de que el deshielo, provocado por el calentamiento global, puede hacer que se desentierren los restos infectados con carbunco y resurja el brote de ese virus, tal y como sucedió en la península rusa de Yamal en verano de 2016.
En Rusia existen más de 100.000 cementerios de ganado infectado con carbunco, entre ellos 400 están en el Ártico.
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Las esporas del virus son capaces de sobrevivir más de 50 años en las capas del suelo, por lo que las epidemias o epizootias son una amenaza real.