"Hemos adoptado las medidas necesarias para permitir que el yuan sea moneda de cambio en comercio e inversiones. Además, la divisa ahora forma parte de la cartera de los DEG —los derechos especiales de giro—. Las decisiones más importantes ya las hemos tomado", señaló Xiaochuan ante la prensa.
"No podemos obligar a nadie [a que utilice nuestra moneda]. La decisión [de que lo hagan] depende de ellos. De ahí que se trate de un proceso gradual", quiso dejar claro Xiaochuan, para reiterar que, en esa dirección, China seguirá internacionalizando su moneda.
El yuan forma parte del DEG desde el 1 de octubre de 2016. Se trata de un grupo de divisas que el Fondo Monetario Internacional utiliza para complementar las reservas oficiales de sus países miembros. Se trata de un selecto grupo de divisas en las que solo están incluidos el dólar, el euro, el yen, la libra esterlina y la moneda china.
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La inclusión del yuan obedece a las recomendaciones de numerosos analistas y expertos internacionales que desde hacía tiempo reivindicaban la necesidad de que se admitiese que el yuan había acabado por ser relevante en el mercado financiero internacional.