El conflicto directo entre Irán e Israel no solo es posible, sino que ya "está sucediendo", apuntan los autores de la nota y mencionan como prueba el reciente incidente que tuvo lugar a principios de febrero.
Como consecuencia de este enfrentamiento, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, intercambiaron palabras acaloradas.
En el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Netanyahu se dirigió al Gobierno iraní y le advirtió que "no pusiera a prueba la determinación de Israel". Zarif, por su parte, calificó de "circo caricaturesco" el discurso del jefe del Gobierno israelí.
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"[El reciente incidente] puede convertirse en la primera escena de una guerra a mayor escala, en caso de que Teherán continúe fortaleciendo su presencia en Siria tras la derrota de Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países—", consideran los columnistas.
En la situación actual, Estados Unidos "debe prestar más apoyo a Israel, en particular, suministrar más armas a los israelíes", proponen los columnistas.
Sin embargo, si Washington decide tomar parte en este conflicto, es posible que Irán responda a esta amenaza también, argumentan.
Los misiles balísticos de Teherán tienen la capacidad de alcanzar un número significativo de blancos clave en Oriente Medio. Además, Irán ya dispone del mayor arsenal de misiles balísticos en la región, señalan Tanter y Sheehan.
"El deseo de Teherán de disuadir a Estados Unidos puede impulsarlo a desarrollar un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), que sería apuntado contra el territorio continental de EEUU, igual que los ICBM de Pyongyang", concluye la nota.
Anteriormente, el experto en Irán e investigador israelí en la Universidad Hebrea de Jerusalén Vladímir Mesamed declaró que Israel podría "usar sus armas nucleares contra Irán" en caso de que la escalada continuara.
Teherán, a su vez, no posee armas nucleares. En el pasado varios países occidentales los acusaron reiteradamente de estar desarrollando su propio programa nuclear militar.
Como resultado de negociaciones, Teherán y el Grupo 5+1 (China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia más Alemania) lograron en julio de 2015 un acuerdo llamado Plan de Acción Integral Conjunto que establece limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar a cambio del levantamiento de sanciones internacionales.
A pesar de que los organismos responsables han confirmado en numerosas ocasiones que Irán cumple con las exigencias recogidas en el acuerdo, Estados Unidos continúa la presión sobre Teherán.
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