Johnson insta a la comunidad internacional a no olvidar nunca "las terribles consecuencias de la anexión rusa de Crimea y redoblar sus esfuerzos para proteger el derecho internacional".
"Es desafortunado que el artículo no mencione el cuarto aniversario del golpe de Estado en Kiev, que fue apoyado por Occidente en general y el Reino Unido en particular y durante el cual la Constitución de Ucrania y los acuerdos del presidente Yanukovich con la oposición —con la mediación de Alemania, Francia y Polonia— fueron burdamente violados", reza el comunicado oficial de la Embajada rusa.
En el mismo artículo también culpó a Rusia y al presidente Vladímir Putin personalmente de instigar y azuzar el conflicto en Donbás, derribar el vuelo MH17 en julio de 2014 en la región de Donetsk y menoscabar los derechos de la población tártara de Crimea, acusaciones, no obstante, que el diplomático no apoyó con ninguna prueba.
Por su parte, la Embajada rusa refutó los planteamientos del ministro británico recordándole el derecho de los pueblos a la autodeterminación, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 y la Declaración de Principios de Derecho Internacional de 1970.
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Además, sobre la cuestión de los tártaros de Crimea, desde la misión diplomática rusa en Londres subrayaron que el idioma de los tártaros tiene estatus de oficial junto al ruso y el ucraniano.
"Creemos que ha llegado el momento de que las autoridades británicas reconsideren su actitud ante los procesos que tienen lugar en Ucrania. De lo contrario, repetir sin cesar acusaciones infundadas contra Rusia solo envía señales equivocadas y alienta al régimen de Kiev a continuar con su política contraproducente", concluye el comunicado de prensa.