El desarrollo del Su-35 empezó en 2005. Desde el inicio el avión tenía como objetivo contrarrestar a las aeronaves de quinta generación estadounidenses, en particular el F-22A Raptor, según Zvezda.
Es posible gracias a los avances hechos después de la finalización del programa de los Raptor en EEUU: el Su-35 voló por primera vez cuando la mayoría de los F-22 ya han sido fabricados. En el marco de desarrollo y modificaciones, el caza ruso recibió equipos diseñados posteriormente a sus análogos en los Raptor, así que el más moderno Su-35S incorpora hoy sistemas más avanzados que su principal rival.
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El inmediato interés de China
Las Fuerzas Aéreas de Pekín estaban contemplando la compra del caza ruso ya desde la feria Airshow China 2008, atraídas por su idea como un 'cazador de los Raptores' y sus grandes reservas de combustible, aptos para largas misiones de patrullaje en alta mar en condiciones de fronteras marítimas muy vastas.
Además, el Su-35 ofrece 'una mano larga', es decir, es capaz de lanzar misiles modernos de un alcance superior a 285 kilómetros, el alcance del misil ruso Kh-59MK, suministrado a China en los contratos anteriores.
El interés de China significaba un eventual contrato de exportación, haciendo todo el proyecto más rentable para la industria rusa. En 2015, Pekín acordó con Moscú la entrega de 24 aviones, volviendo a comprar aviones rusos tras una pausa de 12 años.
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El radar 'omnividente'
Los sistemas más importantes del Su-35 son sus radares. El radar principal, con un alcance de 400, es un radar pasivo de barrido electrónico (PESA) Irbis-E, considerado entre los más avanzados hoy en día que emplean esta tecnología.
Si bien los radares activos de este tipo (AESA) se consideran más potentes, también son más sofisticados en fabricación y más caros. La industria rusa diseñó los radares AESA para el caza de quinta generación Su-57 y el caza ligero MiG-35, que pueden ser instalados en el Su-35 también, aunque está desconocido si los aviones en servicio activo han recibido esta modificación.
De hecho, la falta de un radar AESA y de las tecnologías 'stealth' en su construcción es el único que 'separa' al Su-35 de los aviones de quinta generación en términos de las características cuantificables.
Las diferencias del diseño inicial
Nunca ha sido un secreto que el Su-35 es una profunda modernización del diseño de los Su-27, incorporados en las Fuerzas Armadas de la URSS a inicios de los ochenta. No obstante, la cantidad de mejoras es muy importante, sostiene Zvezda:
- Un radar varias veces más potente;
- La capacidad de emplear múltiples tipos de armamento, incluidos los misiles de largo alcance guiados por el radar;
- La capacidad de vuelo de supersónico sin usar la poscombustión y de vuelo supermaniobrable;
- Un avanzado interfaz de la cabina;
- El uso de los equipos de lucha radioelectrónica;
- Nuevos sensores ópticos;
- Diseño refinado del planeador y el sistema de mando;
- Radio de alcance considerablemente aumentado;
- Mayor eficacia del diseño, reflejada en una elevada durabilidad y menor coste de mantenimiento.
Al fin y al cabo, el Su-35S se convirtió en la cima de proeza del diseño del Su-27 y el posible final de su evolución como un caza de cuarta generación.
Su uso eficaz en las operaciones en Siria, así como el exitoso destino en las exportaciones a China y, más recientemente, a Indonesia, puede atraer otros clientes familiarizados con los aviones de combate de Sukhoi y preocupados por la posible llegada de los F-22 y F-35 en sus cielos.
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