La discusión acerca de la participación privada en el funcionamiento de la EEI tras el fin del acuerdo multilateral sobre su explotación en 2024 surgió después de que la filial espacial de la empresa rusa S7 —nuevo propietario del cosmódromo marítimo Sea Launch—, declarara su disposición a arrendar la sección rusa de la EEI.
En particular, S7 ofrece convertir los módulos rusos en un cosmódromo orbital destinado al ensamblaje de naves espaciales tripuladas y de carga sin que se requieran enormes cohetes portadores pesados lanzados desde la Tierra.
"Se pueden armar en la EEI producciones únicas y convertirlas en un 'hub' para la expansión hacia la Luna y Marte. Teniendo un punto de ensamblaje en la órbita, no hará falta lanzar carísimos cohetes superpesados, se podrán emplear todos los cohetes actuales lanzando módulos pequeños", afirmó Sópov en una entrevista al medio ruso Izvestia.
Roscosmos reaccionó positivamente a la declaración y afirmó "compartir una visión semejante" sobre el desarrollo de la cooperación entre actores estatales y privados en el espacio.
"Estudiaremos las propuestas de S7 sobre la explotación conjunta de la sección rusa de la EEI al recibirlas", aseguraron desde la agencia.
La iniciativa de S7 y la disposición de Roscosmos han sido elogiadas por los expertos rusos ya que la cooperación estatal-privada podrá dar un sentido al proyecto de la EEI después del año 2024.
"La EEI como objeto de infraestructura, sin duda, debe conservarse. La Tierra debe tener una estación orbital habitable. Pero explotar el espacio aéreo cercano ya es asunto de los empresarios. El Estado debe concentrarse en el espacio lejano", valoró Andréi Iónin, miembro del Consejo de Expertos del Gobierno ruso.
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Al revelar el proyecto del 'cosmódromo orbital' a Izvestia, el jefe de la filial espacial de S7 ofreció los puntos clave de las ambiciones de la empresa en el espacio:
Los motores nucleares son una de las tecnologías que permiten viajes espaciales en el espacio lejano.
Solo la URSS desarrolló y puso en servicio aparatos espaciales dotados con este método de propulsión. Rusia está desarrollando un motor nuclear de nueva generación desde 2010.
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