"Hubo esperanzas respecto a la distensión, pero ahora el conflicto vuelve a estallar, lo que conlleva las consecuencias más tristes para la situación humanitaria", dijo Guterres al intervenir en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
"Agradecemos a Rusia la participación, el proceso de Sochi volvió a subrayar el papel de Ginebra", dijo.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La resolución del conflicto sirio se desarrolla en las plataformas de Astaná, promovida por los países garantes del cumplimiento de la tregua —Rusia, Turquía e Irán—, y de Ginebra, bajo la égida de la ONU.
El evento contó con la presencia de unos 1.500 delegados de varios grupos sociales, políticos, religiosos y étnicos de Siria.
Al congreso asistió también el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
Presión sobre Corea del Norte
Guterres declaró que la presión que se ejerce sobre la República Popular Democrática de Corea (RPDC) en relación con sus pruebas nucleares es correcta, pero no significa que se deba excluir los esfuerzos diplomáticos dirigidos a lograr la distensión en la península de Corea.
"La presión es completamente correcta, pero no debe excluir los esfuerzos diplomáticos", dijo agregando que se plantea el objetivo de "eliminar el conflicto en la península Coreana con medios pacíficos".
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó en respuesta varias resoluciones que exigen el cese de la actividad nuclear de la RPDC.
Las resoluciones 1718 y 1874, además de autorizar el uso de sanciones contra Pyongyang, exigen que no efectúe pruebas nucleares ni lanzamientos de cohetes balísticos y que retome las negociaciones sobre la desnuclearización de la Península de Corea.