Al igual que un helicóptero, el colibrí puede permanecer suspendido en el aire en un punto fijo y volar hacia atrás. También es reconocido por lo largo de su lengua, de forma bifurcada y tubular.
Hasta hace poco los ornitólogos creían que estas aves capturaban por capilaridad su alimento: el néctar de la flor. Sin embargo un investigador colombiano examinó los movimientos de varios colibríes y concluyó que esta teoría es falsa.
"Lo interesante es que no se sabía que se desconocía. Todo el mundo había llegado a un consenso sobre cómo se alimentaban los colibríes (…). Pero nunca nadie se había puesto a pensar si era cierto o no. Simplemente se creyó esa teoría inicial y nadie la exploró", señaló a Sputnik el biólogo Alejandro Rico-Guevara, especializado en biomecánica, quien lideró la investigación.
Para este descubrimiento el científico diseñó una flor de vidrio, y con cámaras de alta velocidad, de 2000 cuadros por segundo, logró captar en detalle el mecanismo de la lengua.
"Tenía que tener un lado plano, como un prisma, para poder ver lo que pasaba dentro de la cámara de néctar, sin distorsión. (…) Teníamos que tener unas cámaras con lentes macro, que filmaran en alta velocidad, porque ellos mueven la lengua hasta 20 veces por segundo", explicó el investigador.
"Uno se imagina a estos animalitos tan pequeños como indefensos, y que le debería dar miedo acercarse a seres más grandes como nosotros. Pero los colibríes son totalmente lo opuesto. (…) Creo que ellos saben que son muy rápidos, y nosotros para ellos nos movemos en cámara lenta", analizó Alejandro Rico-Guevara.