"La heroica muerte en Siria del piloto ruso Román Filípov ha hecho que se vuelva a sospechar de Turquía. Algunos incluso dicen que por poco los turcos no armaron a los yihadistas de la provincia de Idlib con el mismo sistema de misiles antiaéreo que derribó al Su-25 ruso", advierte el rotativo.
Sin embargo, la realidad es otra. Una que refuerza la tesis de que los turcos están cambiando su retórica con Rusia. Y es que Ankara ayudó a salvar el cuerpo de Filípov de las manos de los terroristas para que pudiese ser repatriado.
"Si las relaciones entre Rusia y Turquía pasan la prueba de la guerra siria, podemos acabar hablando de unas relaciones fuertes y sobre las buenas perspectivas que abre la cooperación estratégica para ambos países", señala Vzglyad.
Sin embargo, la pregunta que surge es si ambos países están preparados para ese escenario. Una cuestión que se presta al escepticismo, sobre todo, a juzgar por el análisis que tienden a hacer los expertos, quienes advierten que las buenas relaciones son exclusivamente fruto de la decisión personal de ambos líderes, de Vladímir Putin y de Recep Tayyip Erdogan, quienes ven como una ventaja el apostar por el fortalecimiento de sus relaciones y, así, obtener concesiones de Occidente. Pero sin Putin y Erdogan, o si las relaciones con Occidente cambian, todos los "castillos aéreos" ruso-turcos se disolverán.
Lea más: Rusia pide colaboración a Turquía para recuperar su avión derribado en Siria
Relaciones a prueba de bomba
Ni siquiera la relación entre Irán y Rusia parece dañar la buena sintonía entre ambos países. Las reuniones diplomáticas entre estos dos países y Turquía han pasado a ser normales, "y las relaciones del trío formado por Rusia, Turquía e Irán no están determinadas por los deseos o los sentimientos de sus líderes, sino por intereses objetivos".
La mala sintonía que atiza la pertenencia de Turquía a la OTAN y las pocas perspectivas de su integración en la Unión Europea también han decantado la balanza a favor de Rusia.
"A eso se añade la entrega de los S-400 rusos —es decir, la decisión turca de comprar estos sistemas a pesar de la presión estadounidense de hacer lo contrario—, un movimiento que pone sobre la mesa la cuestión de si Turquía está llegando a convertirse en una potencia regional autosuficiente".
A Rusia le conviene una Turquía independiente, y no supeditada a los intereses de la Alianza Atlántica.
Apoyo popular
Del sondeo de AGS GLOBAL a 400 empresarios turcos se desprenden conclusiones en la misma línea. El 66% tiene una opinión negativa sobre Estados Unidos; el 13%, favorable, y el 21% se abstuvo.
Lea más: ¿Decidió Erdogan separarse de Estados Unidos?
El conflicto en Siria sigue midiendo las relaciones entre Rusia y Turquía. A pesar de que en varias ocasiones la buena sintonía ha peligrado, la realidad de la cooperación y los intereses mutuos de ambas naciones parece ser a prueba de bombas.