En su discurso ante el Senado, Schriver estimó que de los 45.000 millones de dólares, unos 13.000 millones estarán destinados a las tropas estadounidenses, 5.000 millones a las fuerzas de seguridad afganas, cerca de 780.000 millones se asignarán a la asistencia económica y el resto al apoyo logístico.
El republicano Rand Paul señaló que aunque miles de millones de dólares ya "fueron tirados a la basura" en Afganistán, las autoridades locales todavía "no parecen ser capaces de defenderse".
"Es que no creo que exista una solución militar", dijo.
Por su parte, el subsecretario de Estado John Sullivan defendió la estrategia de EEUU en Afganistán, al apuntar que los intereses estadounidenses en la región "son lo suficientemente importantes", y destacó la necesidad de "apoyar al Gobierno afgano en la lucha contra los talibanes".
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Según medios, la nueva estrategia prevé aumentar el número de las tropas estadounidenses en Afganistán de 8.500 a 12.500.