El mandatario señaló que iba "a activar los buques nacionales Angelescu y el Austral", adelantó a Sputnik una de los familiares presentes en la reunión con el jefe de Estado, Marcela Moyano.
"Dijo que iba a hacer lo posible, lo que no llevará mucho tiempo, porque sólo lo tiene que autorizar", señaló Moyano, esposa del suboficial primero y jefe de máquinas Hernán Rodríguez.
El Angelescu, perteneciente a la Armada argentina y el Austral, que pertenece al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y es tripulado por la fuerza naval, participaron en un comienzo en las tareas de búsqueda del submarino.
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La primera de las embarcaciones se encuentra en la actualidad en Buenos Aires, mientras que la segunda está varada en Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de la capital argentina.
Ambas "cuentan con la tecnología necesaria para ir a buscarlos", aseguró Moyano.
Recompensa "millonaria"
Además de asegurar que la búsqueda del submarino iba a continuar, Macri también prometió una recompensa "millonaria" para quien encuentre el ARA San Juan.
"Más allá de lo que pasó hasta ahora, le pedimos que se venga a trabajar más y que sume los buques hasta encontrarlos", comentó la mujer.
Moyano se manifestó satisfecha de haber tenido al mandatario "frente a frente" para expresarle sus inquietudes.
"Creo que los familiares sentimos que esto fue un paso importante porque veníamos pidiéndolo hace 60 días, no se podía obviar más esta emergencia nacional que veníamos viviendo", afirmó.
La principal exigencia de los allegados de los 44 tripulantes es que continúe la búsqueda del San Juan, cuyo rastro se perdió el 15 de noviembre a 432 kilómetros mar adentro a la altura del Golfo de San Jorge (sureste).
Tres horas después de la última comunicación del submarino, se registró una explosión a 48,28 kilómetros de su última posición, en coincidencia con el trayecto que cursaba hacia Mar del Plata (este) en aguas del Atlántico Sur.
Ese lugar se encuentra al límite de la plataforma continental argentina, donde el fondo del mar se inclina de manera muy pronunciada, en lo que se conoce como talud, hasta alcanzar una profundidad de 3.000 metros.