"No es adecuado y es de mal gusto que habiendo millones de ciudadanos que están en situación de pobreza energética y pensionistas que pierden poder adquisitivo, haya algunos que tengan que lamer las pisadas del Monarca y felicitarle el cumpleaños por regalarle un Toisón de Oro de 50.000 euros a una niña de 12 años", dijo Iglesias en declaraciones a la prensa.
El monarca explicó que, desde hace siglos, se hace entrega de esta distinción al heredero de la Corona a una edad muy temprana para que vaya conociendo poco a poco "las tradiciones y deberes de la Corona".
El propio Felipe VI recibió esta distinción de manos de su padre, el emérito Rey Juan Carlos I, en 1981, cuando tenía 13 años de edad.
Un municipio catalán retira el retrato del rey Felipe VI https://t.co/efaUtyElXU
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 19 октября 2017 г.
El acto de entrega se celebró en un ambiente de absoluta solemnidad, contando con la asistencia de los máximos representantes de los poderes del Estado, entre los que destacó la presencia del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
Iglesias calificó la ceremonia como "una tomadura de pelo" y, además, afirmó que el acto es "impropio de una democracia del siglo XXI".
"Hay gente que en España no llega a fin de mes, gente que no puede pagar la factura de la luz, que es víctima de desahucios", recordó el líder de Podemos antes de afirmar que "no está la cosa como para otorgar Toisones de Oro de 50.000 euros".
El Collar de la Orden, inspirado en el mito de Jasón, consta de un collar de oro con las armas de los Duques de Borgoña, del que cuelga el Toisón o Vellocino, también de oro.
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La Insigne Orden del Toisón de Oro fue creada en 1430 por el Duque de Borgoña Felipe III el Bueno, con motivo de su matrimonio con Isabel de Portugal.
Desde su fundación, además de los príncipes herederos de la Corona española, recibieron el Toisón diversos soberanos y miembros de Familias Reales, así como destacadas personalidades de la aristocracia o la política tanto nacionales como extranjeras.
Los collares son propiedad de la Orden, de la que Felipe VI es gran maestre, a la que deben devolverse las insignias a la muerte de cada persona condecorada.