Los biólogos examinaron las amígdalas cerebrales —que se encargan del procesamiento de reacciones emocionales y, sobre todo, del comportamiento sexual— de los ratones de laboratorio. Como resultado, descubrieron en los cuerpos amigdalinos de los ratones neuronas sensibles a la kisspeptina. Cuando los investigadores activaron estas neuronas, los ratones mostraron un mayor interés por el sexo opuesto. Asimismo, esto redujo los niveles de ansiedad en los animales.
Pero, ¿cuál es la razón de este fenómeno? Según afirmaron los investigadores, el funcionamiento de este conjunto de péptidos está directamente relacionado con las feromonas secretadas por los machos.
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Los científicos subrayan que este estudio podría contribuir en el tratamiento de las disfunciones sexuales femeninas.