Y es que este anfibio es capaz de regenerar, prácticamente, cualquier parte de su cuerpo. Huesos, músculos, extremidades e incluso la médula espinal. Algo que lleva dejando atónitos a los científicos desde hace 150 años.
Así que no es de extrañar que a este grupo de científicos les haya costado secuenciarlo y haya presentado numerosas dificultades por la gran cantidad de secuencias repetidas de su ADN.
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Uno de los enigmas que han surgido a raíz de la secuenciación del 'ambystoma mexicanum' es la ausencia del gen 'pax3', vital en otras especies para el desarrollo del organismo. En su lugar se ha descubierto que el gen 'pax7' es el encargado de cubrir sus funciones.
"Ahora tenemos en nuestras manos el mapa para investigar cuán complicado resultaría hacer que estructuras como las piernas se regeneraran", explica Sergej Nowoshilow, uno de los autores del estudio.
"Se trata de un punto de inflexión en la comunidad científica interesada en el ajolote. Un hito en una aventura científica que comenzó hace 150 años", ha añadido.