Los cocineros suizos deberán aplicar nuevas técnicas para sus recetas de mariscos tras la nueva ley. Ahora las langostas y demás crustáceos deberán ser "aturdidos" para cocinarlos, ya que antes se podía observar cómo se retorcían en el agua hirviendo y rasguñaban la olla para salir.
Tradicionalmente, las langostas son metidas directamente en agua hirviendo o se les corta un nervio cercano a la cabeza para que supuestamente no "sientan dolor", un tema bastante polémico en el mundo científico.
En 2008, un informe publicado en ScienceDirect, reveló que las gambas (utilizadas como objeto de estudio) manifestaban estímulos dañinos que provocaban una respuesta en el animal, cosa que no sucedía con un anestésico local. Aunque esto no confirma el sufrimiento de las langostas fue una victoria para los defensores de los animales.
El 'odori don' es una excentricidad de la gastronomía japonesa y representa literalmente un calamar o pulpo que aún lucha por sobrevivir dentro en un plato de verduras, arroz y huevas. Este es uno de los emplatados más representativos de la gastronomía oriental que en otras culturas es comprendido como maltrato animal.
Ya servido, el comensal debe aderezar el plato con salsa de soja y así el calamar parece volver a la vida con un movimiento de tentáculos, sin embargo es sólo una reacción de los tejidos muscular y nervioso que continúan activos minutos después de la muerte.
Las aves de granja como los pollos, patos y gansos son quizás los animales que más sufren en el mundo ya que viven en hacinamiento dentro de sucias naves donde son drogados para crecer, muchas veces a un ritmo que sus piernas y órganos no pueden mantener.
El tradicional 'foie gras' es una de las recetas francesas que manifiesta esta explotación y consiste en un producto alimenticio que se obtiene del hígado hipertrofiado de un pato o ganso que ha sido sobrealimentado.
Según los franceses, el pato debe ser cebado por sonda, que es la alimentación forzada con maíz, aunque en otros países se producía mediante la alimentación natural. Durante años varias asociaciones ecologistas denunciaron esta práctica la cual ya es ilegal en toda la Unión Europea.
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Para la producción de 'foie gras' se utilizan dichas aves acuáticas migratorias, puesto que disponen de una capacidad natural para acumular grasa en el hígado, la cual emplean posteriormente en sus largas migraciones.