Los líderes progresistas sudamericanos de la última década "están sufriendo la judicialización de la política, porque es la única forma en que las élites vuelven a tomar el poder, pasándose por encima de las urnas", señaló la legisladora, presidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador entre 2013 y 2017.
La también exsecretaria ejecutiva del partido oficialista ecuatoriano Alianza País cree que la estrategia es "sacarles del juego electoral" con el fin de concretar el regreso a América Latina de la "restauración conservadora".
De allí que espera que la situación del expresidente brasileño cambie con "la última instancia de apelación" ante el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo Federal.
"El miedo es dejarlo participar en las urnas, si lo dejaran se evidenciaría la democracia, el respeto al pueblo (porque) las elecciones sin Lula no son democracia", sentenció quien fue la primera mujer en dirigir el parlamento ecuatoriano.
Además, insistió en que esta "restauración conservadora alertada está intentando desestabilizar a los gobiernos progresistas que tenemos en el región, como el caso de Venezuela, y está preparándose para tomar países como Ecuador".
Sin embargo, dijo aún tener esperanzas con "lo que va a pasar en Brasil" y con el futuro de la región si se concreta la reelección de Evo Morales en Bolivia o de Nicolás Maduro en Venezuela, de tal manera que "se vuelva a consagrar que hay pueblos que han despertado, que están en capacidad de exigir democracia plena en sus países".
El Partido de los Trabajadores brasileño rechazó el fallo contra su líder y confirmó que lo mantendrá como candidato presidencial para las elecciones de octubre.
A decir de la organización política, lo ocurrido fue una "farsa judicial" orquestada por tres magistrados del tribunal que emitieron unos votos "claramente pactados" para apartar a Lula del proceso electoral.
Los jueces dieron por probado que la empresa constructora OAS regaló al entonces presidente un apartamento, reformado totalmente a su gusto, aunque Lula niega las acusaciones y remarca que no hay una sola prueba física que lo inculpe.