Por ello, exige que el Gobierno alemán, el principal defensor del proyecto, lo rechace.
Los argumentos de WWF no convencen al argentino Carlos Andrés Ortiz, experto en energía.
"En general, los gasoductos no tienen mayores impactos ambientales negativos, y si el gasoducto se hace para generar la energía en base a gas, que dentro de los hidrocarburos es el menos contaminante, y con ello poder utilizar menos otros hidrocarburos mucho más contaminantes, sobre todo carbón, eso sería muy positivo desde lo ambiental", dijo el experto en entrevista con Radio Sputnik.
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"Ellas atacan básicamente a quienes son enemigos geopolíticos de EEUU y el Reino Unido", afirmó Carlos Andrés Ortiz, al mostrarse convencido de que detrás de la oposición de WWF al gasoducto Nord Stream 2 "están los poderosos intereses vinculados con el gas y con el petróleo hoy producidos en grandes cantidades por EEUU".
Recientemente, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, también relacionó con los intereses de Washington las trabas que se ponen a Moscú para hacer fracasar sus ambiciosos proyectos energéticos.
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"En vez del gas ruso, a la UE se le impone el gas licuado norteamericano que es mucho más caro. Se obstaculiza la realización del proyecto Nord Stream 2, bajo el pretexto de que es politizado, provoca división de Europa y asfixia a Ucrania. Todo ello lo dice abiertamente EEUU, que obliga a que países comunitarios renuncien a la obra, a pesar de que suministraría a Alemania un gas mucho más barato que el que le llega a través de Ucrania, por ser el gasoducto más corto y ser más moderados los costes del tránsito", manifestó el ministro durante su rueda de prensa anual, donde acusó a Washington de "competencia desleal".
Lavrov indicó, asimismo, que la cancelación en 2014 de la construcción del gasoducto South Stream, que debía transportar el gas ruso al sur de Europa pasando por el mar Negro, es fruto directo de la presión estadounidense sobre la Comisión Europea.