Decenas de aviones militares, sistemas de defensa antiaérea, una auténtica ciudad militar con avanzadas infraestructuras… Tras la participación de Rusia en la lucha antiterrorista en territorio sirio el país consiguió reforzar sus posiciones en la región.
'Escuelas del Tío Sam'
La presencia de las tropas estadounidenses en Siria es ilegal desde el punto de vista del derecho internacional. El Gobierno del país en ningún momento ha invitado a las tropas norteamericanas a su territorio ni ha permitido construir infraestructuras militares dentro de sus fronteras.
Sin embargo, el Pentágono ya ha conseguido levantar varias instalaciones en Siria: se trata de las bases militares de Al Tabqa —cerca de Al Raqa— y Al Tanaf —en las cercanías de la frontera siria con Irak y Jordania, en el sureste del país—.
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La primera, además, se ha sometido a un proceso de modernización y ahora es capaz de albergar helicópteros, sin embargo, la necesidad de contar con este tipo de aeronaves disminuyó tras la toma de la antigua 'capital' de Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países—, Al Raqa. Hoy en día la instalación se usa como campo de entrenamiento. Allí, los instructores estadounidenses entrenan y forman a los integrantes de las unidades kurdas.
Otras dos instalaciones de mayor importancia para Washington en el país árabe son las bases de Rumeilán y Kobane. Estas pueden convertirse en los principales aeródromos de Estados Unidos en caso de que las relaciones entre Washington y Ankara sigan deteriorándose y se ponga en peligro la base de Incirlik, en el sureste del país otomano, opina el autor.
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Además de las bases mencionadas, EEUU ha levantado varios helipuertos y campos de entrenamiento de menor escala. Sin embargo, ninguna de las instalaciones militares estadounidenses en Siria puede compararse con la base de Hmeymim.
El baluarte ruso
La base cuenta con almacenes de municiones y combustible, estaciones de reabastecimiento y mantenimiento de equipos militares, comedores y puestos de asistencia médica, entre otros equipamientos. Los efectivos se alojan en confortables viviendas de contenedores.
Alrededor de la base están desplegadas las unidades de defensa antiaérea y de la lucha radioelectrónica. Además, la base de Hmeymim está protegida por tanques T-90.
La agrupación aérea rusa, ubicada en dicha base, incluye aviones de ataque a tierra Su-25, cazas Su-35 y Su-30SM, bombarderos Su-24 y Su-34 y helicópteros Mi-35, Mi-28, Ka-52 y Mi-8. Los militares del país euroasiático también utilizan aviones de reconocimiento y drones.
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La segunda base más grande es la de Tartus. En septiembre de 2013, Moscú anunció sus planes de reestablecer su presencia en el mar Mediterráneo. La reconstrucción de una base a gran escala empezó en el año 2015. Desde entonces, el número de especialistas en la instalación aumentó hasta los 1.700.
Las Fuerzas Aeroespaciales rusas, además, usan una decena de instalaciones militares controladas por el Gobierno sirio. En particular, los medios informaron de que algunos helicópteros rusos se estacionaron en el aeródromo de Tiyas durante la operación para liberar la ciudad de Palmira.
Hmeymim sigue siendo la más potente y la más protegida de las instalaciones militares rusas en Siria. El autor de la nota compara dicha base con "las Fuerzas Armadas rusas en miniatura", teniendo en cuenta la amplia gama de diferentes unidades que están allí desplegadas.
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Al mismo tiempo, las instalaciones norteamericanas son campos de entrenamiento o aeródromos con capacidades limitadas, aunque no hay que subestimar los activos de Washington en la región.
El Pentágono ya ha demostrado en numerosas ocasiones que es capaz de aumentar rápidamente sus tropas en diferentes partes del mundo, concluye el columnista.