"A principios de enero, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó una venta de armas a México por valor de 98,4 millones de dólares. La venta incluye los sistemas de misiles antibuque RGM-84L Harpoon Block II y Rolling Airframe Missile (RAM) —diseñados para derribar otros misiles antibuque— y los torpedos Mark 54 antisubmarinos. El nuevo arsenal de alta tecnología está destinado a la nueva fragata Sigma 10514 del Ejército mexicano", explica Michael Peck, analista en The National Interest.
La agencia añade que "México pretende usar este tipo de material defensivo para modernizar a sus Fuerzas Armadas, para ampliar sus efectivos navales y para reforzar sus esfuerzos por combatir contra organizaciones criminales".
¿Pero cómo van a ayudar a eliminar a las organizaciones criminales los misiles Harpoon, que están diseñados para destruir a los buques de guerra rusos y chinos? "Los cárteles de la droga no utilizan portaviones", recuerda Peck. Al menos, no por ahora. Transportan la mercancía en cargueros y en lanchas. Tampoco están armados con misiles antibuque que obliguen a la Marina mexicana a defenderse con sistemas RAM.
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Pero entonces, ¿para qué ha comprado México tal arsenal? Si bien es más que probable que lo utilicen para el propósito para el que estas armas fueron diseñadas —luchar contra típicas fuerzas armadas—, la capacidad militar de Guatemala, su vecino del sur, no justifica la compra de torpedos contra submarinos nucleares, advierte. Tampoco lo justifica una guerra contra EEUU por lo improbable que resulta ese escenario.
"EEUU tiende a hacerle sombra a México, incluso cuando este es, en realidad, la decimosexta economía más grande del mundo y una potencia mediana con 130 millones de personas. Así que no resulta del todo extraño que sus Fuerzas Armadas se hagan con algo de arsenal sofisticado", señala Christopher Wilson, subdirector del Instituto de México en el Wilson Center de Washington (EEUU).
Pero también podría significar, según Peck, que México y Estados Unidos están estrechando su cooperación, y eso a pesar "de las tensiones que han causado las políticas de Trump con su vecino", advierte Wilson.
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En cualquier caso, si el problema de México es su seguridad nacional, la venta de armas estadounidense, de 98 millones de dólares, no es de ninguna utilidad, continúa el artículo. "Lo que está destrozando a México son bandas de pistoleros adolescentes que matan a ciudadanos inocentes y entre sí y lo poco preparada que está su policía para ello", concluye el artículo.