Sudán del Sur, una guerra infinita por petróleo y poder
En 2011, luego de largas negociaciones y un referéndum de secesión, Sudán del Sur se independizó de su vecino Sudán. Una separación que generó gran expectativa a nivel internacional debido a la posibilidad que adquiría el joven país de quitarse la resaca de dos guerras civiles con el norte, que tuvieron como consecuencia la muerte de 2 millones y medio de personas.
"Se vive una situación difícil de muchos años o décadas. Es una región que se ha convertido en país independiente recientemente, pero históricamente ha vivido un conflicto casi continuo (…) y ahora estamos hablando de una competencia por el poder entre el vicepresidente, Riak Mashar, y el presidente, Salva Kiir, pero también con otros hombres fuertes que están compitiendo por el poder", indicó Ylönen.
Este enfrentamiento, que comenzó como una puja de poder, ha ido adquiriendo una dimensión étnica. Los líderes de las facciones enfrentadas pertenecen a los dos grupos más numerosos del país-Salva Kiir es dinka y Mashar es nuer. Esto ha llevado a Sudán del Sur al borde de una guerra étnica generalizada, que recuerda a otros conflictos como el de Darfur o Ruanda.
No solo el elemento étnico está en juego. También los recursos naturales cumplen un rol central. Sudán del Sur tiene una importante reserva de petróleo, lo cual aviva esta disputa.
"Sudán fue en una época la principal fuente de petróleo para China en África. Y claro que después del 11 de setiembre el interés estadounidense también estaba allí, para conseguir este petróleo y que no solamente China aprovechase este recurso", señaló Aleksi Ylönen, del Centro de Estudios Internacionales del Instituto Universitario de Lisboa, docente en United States International University Africa de Kenia.