El representante de Naciones Unidas destacó que, tras 25 años de debates entre los dos países "resulta poco probable llegar a algo completamente nuevo", aunque se negó a revelar los detalles de sus consultas.
"Pienso que ahora la situación en la región es un poco diferente y los participantes son otros, lo veo como un conjunto de buenas propuestas, un compromiso que aceptarán ambas partes y que permitirá tomar una decisión satisfactoria y apropiada", dijo Nimetz.
Sin embargo, una fuente cercana al Gobierno griego refutó categóricamente a Sputnik esa posibilidad.
Por otra parte, el enviado especial ve poco probable que en el nuevo nombre del país no aparezca, de una forma u otra, la palabra Macedonia, ya que "resulta poco real que el pueblo lo acepte".
Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia llevan casi 30 años de discusiones debido al nombre de esta nación luego de la desintegración de Yugoslavia en 1991.
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Atenas demanda el cambio de nombre alegando que puede ser confundida con la región griega de Macedonia y bloquea el ingreso de Skopie en la UE y la OTAN.