En 2017 las autoridades rusas tropezaron con la agresión de Occidente en todas las esferas de la agenda internacional: desde la 'guerra informativa' hasta el deporte, escribe en un artículo para el diario ruso Izvestia el senador ruso Konstantín Kosachov, jefe del Comité Internacional del Consejo de la Federación —Cámara Alta del Parlamento de Rusia—.
El senador opina que la desigualdad social, el empeoramiento de las condiciones de la clase media, la migración masiva, la consolidación de las fuerzas populistas, el fracaso ucraniano, el Brexit y los acontecimientos en Cataluña hicieron que la gente común temiera por su futuro y perdiera la confianza en las autoridades locales.
"En estas condiciones, Occidente recurrió al uso de un truco seguro: intentó resucitar la Guerra Fría pensando que eso movilizaría sus propias filas. (…) Inesperadamente, EEUU se convirtió en un eslabón débil del mundo occidental", dijo.
El político enfatizó que el mundo pudo ver la verdadera cara de la democracia del sistema mundial creado por EEUU.
Kosachov opina que Trump solo puede aplicar sus propias políticas en temas como el clima, la construcción del muro con México, Irán o Corea del Norte.
"Todo eso va en la dirección de crear una imagen de Trump que lo muestre como un peligroso político excéntrico para que todos sus intentos de normalizar las relaciones con Rusia se presenten como la continuación de una cadena de decisiones políticas absurdas".
Además, el senador ruso destacó que a día de hoy Washington ya no dicta su voluntad en todos los aspectos de la agenda mundial, tal y como pasaba recientemente. Kosachev considera que cada actor internacional activo tiene la oportunidad de influir en los procesos globales.
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Según el autor, las acciones de Rusia en Siria que permitieron al país euroasiático regresar a la arena internacional constituyen el ejemplo más destacado de esta idea.
"Fue un paso valiente, eficaz y muy bien calculado. El segundo Afganistán no se produjo, como muchos expertos habían vaticinado, tampoco surgió una oposición árabe", escribió el político, que agregó que esto último no ocurrió "gracias al trabajo productivo de los diplomáticos rusos".
"De esta manera, la operación siria se convirtió en el inicio del fin del mundo unipolar. Es posible que su importancia histórica radique precisamente en eso", dijo.
Konstantín Kosachov enfatiza que hoy en día el mundo se encuentra en una fase en la que hay muchos actores que pueden influir en el devenir de la historia. De acuerdo con él, son ya evidentes los intentos de Occidente de bloquear la actividad de sus competidores con la ayuda de las sanciones y otras medidas, aunque estas han causado precisamente el efecto inverso. Han contribuido a crear estructuras independientes y puramente democráticas a la par que han aumentado el número de Estados que realizan sus pagos bilaterales en sus respectivas monedas nacionales y no en dólares.
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"Las organizaciones en las que domina Occidente: la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, fueron completamente incapaces de funcionar como plataformas de diálogo que puedan generar respuestas inclusivas a los desafíos comunes", resumió el autor, a la vez que agregó que "en los próximos 3 o 5 años Rusia será seguramente uno de los principales pilares del futuro desarrollo del sistema mundial".