"El llamado Occidente histórico intenta impedir el proceso natural del establecimiento de un nuevo orden mundial policéntrico más justo y democrático", dijo Lavrov.
Según Lavrov, el desarrollo dinámico de Rusia y el fortalecimiento de sus posiciones en la escena internacional causan en Occidente "un enfado abierto y aversión".
"De ahí la intención de castigarnos por una política exterior independiente, los intentos de contener a nuestro país abarcan un amplio espectro de ámbitos, desde la economía y la energía hasta el deporte y los medios de comunicación", subrayó.
Rusia, a su vez, no se cierra de todo el mundo, sino actúa intensamente en la escena internacional, proponiendo una agenda positiva, declaró el canciller.
Además, el ministro ruso se mostró convencido de que "la razón principal de las tensiones actuales es una política coherente, egoísta y cínica de una serie de Estados encabezados por EEUU, que creen en su propia superioridad e infalibilidad y que están acostumbrados a ver sus enfoques como la verdad absoluta".
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