Para llegar a esta conclusión, los investigadores del Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge dieron a ratones alcohol diluido, conocido químicamente como etanol. Luego analizaron sus cromosomas y la secuencia de su ADN para calcular el daño genético causado por el acetaldeído, un químico nocivo que se produce cuando el cuerpo procesa alcohol.
Ketan Patel, autor principal del estudio publicado en Nature, señala que algunos cánceres se desarrollan debido al daño del ADN en las células madre. Si bien parte del daño ocurre de manera fortuita, el consumo de alcohol aumenta las probabilidades de que existan.
Lea más: Los más 'borrachos' del 2017: ¿Cuál país consume más alcohol?
El estudio también analiza los mecanismos que el cuerpo desarrolla en respuesta al alcohol con el objetivo de protegerse de sus efectos. Uno de esos mecanismos es la segregación de enzimas ALDH, que se encargan de descomponer el acetaldehído dañino y de transformarlo en acetato para que las células puedan utilizarlo como fuente de energía.
Para Linda Bauld, docente del Instituto de Investigación del Cáncer de Estados Unidos, la investigación alerta y pone de relevancia las consecuencias que el consumo de alcohol tiene en nuestras células. "Algo más que una simple resaca", señala.