El mandatario peruano se presentó al recinto en el cual se decidía su destitución para defenderse frente a las acusaciones de corrupción luego de que se revelaran pagos de Odebrecht a una empresa suya entre 2004 y 2006.
Este engranaje institucional surge como alternativa a la tradición política de deponer mandatarios por medio de golpes de Estado, es decir la usurpación del poder político por medio de la violencia, metodología que fue común en Latinoamérica durante el siglo XX.
Sin embargo, el juicio político o destitución es generalmente utilizado por los intereses políticos de los diferentes actores del tablero.
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Estos son los casos de impeachment o destitución más resonantes en la historia reciente de la región.
El Congreso inició investigaciones para adelantar un juicio político y el mandatario decidió renunciar a su cargo. Collor de Mello se convirtió así en el primer presidente latinoamericano electo en ser sometido a juicio político por causas de corrupción.
Carlos Andrés Pérez (Venezuela, 1989-1993). Por el encarecimiento del transporte público, durante su mandato surgieron una serie de protestas de los trabajadores que debían trasladarse a diario a Caracas. En poco tiempo las manifestaciones, conocidas como el Caracazo, se extendieron y hubo vandalismo y saqueos.
Para contener el descontento social el mandatario utilizó al Ejército para reprimir. El saldo de muertos fue de 276, unos 2.000 desaparecidos durante los últimos días de febrero de 1989.
A principios de 1993 al mandatario se le inició una causa por malversación de fondos que lo obligó a abandonar el Ejecutivo. Se convirtió así en el único presidente venezolano en ser destituido por una acción judicial.
La medida obtuvo 44 votos a favor de 82 posibles. Sus partidarios argumentan que jamás se le realizó un exámen médico a Bucaram y que la cantidad de votos para su destitución no era suficiente.
Alberto Fujimori (Perú, 1990-2000). Este expresidente está cumpliendo hoy una condena de 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y delitos de corrupción.
Logró evadir la Justicia hasta 2005, cuando fue detenido en Chile de donde fue extraditado en 2007. Dos años después fue condenado a 25 años de prisión por delitos de asesinato, secuestro agravado y lesiones graves. Luego fue condenado a casi ocho años más de prisión por apropiación de fondos públicos y falsedad ideológica en agravio del Estado.
Fernando Lugo (Paraguay, 2008-2012). Su victoria en 2008 había terminado con el continuismo de más de 60 años del conservador Partido Colorado.
El proceso de destitución fue calificado de "ruptura del orden democrático" por la mayoría de gobiernos latinoamericanos. Uno de los argumentos fue que a Lugo solo se le dieron dos horas para presentar su defensa ante el parlamento.
Dilma Rousseff (Brasil, 2011-2016). Este sigue siendo uno de los casos más polémicos de destitución política por juicio en América Latina.
Durante su mandato comenzaron a surgir escándalos y denuncias de corrupción. Pero aunque Rousseff no fue acusada en ninguno de esos esquemas, la presidenta fue destituida por el Senado en agosto de 2016, acusada de haber maquillado las cuentas fiscales y la firma de decretos económicos sin aprobación del Congreso.