"El Índice Nacional de Precios al Consumidor registró durante la primera quincena de diciembre de 2017 un crecimiento de 0,44%, así como una tasa anual de 6,69%", informó el organismo federal en un comunicado.
En los últimos dos meses y medio, los precios de los productos de consumo han crecido sin parar, a pesar de que el extitular del Banco de México (autoridad monetaria), Agustín Carstens, dijo antes de dejar el cargo, el 1 de diciembre pasado, que la inflación comenzaría a converger hacia la meta de 3,0% a finales de 2017.
En cambio, el índice de precios de la canasta básica registró un incremento a tasa anual de 9,52%, con respecto a la primera quincena de 2017.
El organismo estadístico precisó que el índice de precios "subyacente" (sin impacto por los cambios de estación del año) presentó un aumento de 4,90% a tasa anual, sin considerar la volatilidad de los precios de productos agropecuarios, energéticos y transporte.
El componente no subyacente de precios es influenciado por factores externos, como el clima o los mercados internacionales, entre los cuales están las frutas y verduras, que aumentaron de precio un 16,35%, y los energéticos, un 17,52%, su mayor nivel en nueve meses.
El pasado 14 de diciembre, la autoridad monetaria elevó de 7,00% a 7,25% su tasa de interés de referencia, con el fin de proteger la cotización del peso y evitar que su depreciación se traslade a los precios de la canasta básica y otros productos.
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Esas presiones sobre la divisa mexicana están asociadas a diversos factores, especialmente a los temores de un fracaso de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en marcha hasta la primavera de 2018.
El peso volvió a sufrir una depreciación, tras la reciente aprobación de la reforma tributaria en EEUU, que bajó drásticamente los impuestos a las empresas, lo que podría hacer retornar capitales a ese país, y reducir las inversiones en el país latinoamericano.