"Me comprometo a que, si dan los números, vamos a dejarnos la piel para que haya un Gobierno no independentista y transversal, con varias fuerzas políticas", dijo Arrimadas durante un discurso presenciado por unas 2.000 personas en el acto de cierre de campaña electoral.
La mayoría de los sondeos publicados hasta la fecha pronostican que la suma de las fuerzas independentistas podrá formar gobierno en Cataluña, pero siempre con un margen extremadamente estrecho, lo que deja todo abierto.
La candidata liberal se refirió a los comicios como una oportunidad histórica para "despertar de la pesadilla" que a su modo de ver supone el proceso independentista y poder tener un Gobierno que represente "a todos los catalanes" y no solo a aquellos que quieren romper con España.
Durante buena parte de su discurso, Arrimadas criticó la actitud del independentismo hacia la Unión Europea (UE) y defendió el voto a su partido como un acto en favor del proyecto comunitario.
"Nosotros no vamos a ir a Bruselas a criticar a la UE, si soy presidenta iré a Bruselas a defender una Cataluña dentro de Europa y dentro de España", dijo la candidata.
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En una línea similar se expresó el líder nacional de Ciudadanos, Albert Rivera, que se mostró convencido de que su formación es la opción preferente a los ojos de la mayor parte de los mandatarios europeos por su capacidad para "reagrupar a los españoles" y "defender la democracia".
El presidente de Ciudadanos dedicó buena parte de su discurso a subrayar que en la génesis del proceso independentista se encuentra un proyecto de España incapaz de seducir e ilusionar a buena parte de sus habitantes, por lo que también abogó por un cambio en clave nacional para dejar paso a "un proyecto ilusionante" sabedor de que "arreglar Cataluña" también pasa por "arreglar España".