Ante los legisladores reunidos en el Palacio de las Convenciones de esta capital, el también vicepresidente del Consejo de Ministros resaltó como factores positivos el incremento del turismo y el mantenimiento del equilibrio financiero interno bajo condiciones de inflación controlada.
Cabrisas calificó de "tenso y complejo" el año que concluye para el país con una fuerte sequía en el primer semestre, y después afectado por un meteoro de gran intensidad como el huracán Irma, que azotó a la mayor parte del territorio nacional.
Significó el ministro la escasa disponibilidad de divisas externas a lo cual se sumó el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU, reforzado por un retroceso en los discretos avances logrados en la normalización de las relaciones bilaterales a partir del 17 de diciembre de 2014, tras el cambio de política del actual presidente, Donald Trump.
Según informa la Cepal, el auge se debió al dinamismo del turismo que registró en el año 4,7 millones de visitantes pese a la recomendación de la Administración de Trump a sus ciudadanos de no viajar a la isla, y a la inestable situación de Venezuela, asediada por la violencia y la guerra económica promovida por la oposición y sus aliados externos.
Añade el reporte que pese a las represalias de EEUU para desestimular los viajes, intercambios comerciales e inversiones en la isla, Cuba logró acuerdos y convenios con socios de otras regiones.
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Fuentes gubernamentales confirmaron durante la Feria de La Habana, en noviembre último, que los proyectos de inversión extranjera directa ya concretados rebasan los 2.000 millones de dólares, centrados en turismo y energía.
Por otra parte, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información señala que en el año que concluye se registró un crecimiento de los trabajadores por cuenta propia (sector no estatal) en un 10,8% en comparación con la etapa anterior.
Concluye la Cepal que en 2018 Cuba debe lograr un crecimiento económico del 1,0%, sobre todo basado en el turismo, el sector energético, una mejoría en los precios de los productos exportables de la mayor de las Antillas y un mayor gasto vinculado a la reconstrucción.