La corrupción endémica ha minado la confianza del pueblo peruano en el régimen institucional. Este clima queda reflejado en la última encuesta de Ipsos que advierte que el 30% de la población no votaría por ningún candidato político si hubiera elecciones.
"Hay un clima de disgusto muy grande. Muchos expresidentes y el actual han sido pillados por actos de corrupción. Crece el sentimiento de rechazo a todos los partidos que aplicaron un modelo económico que acentúa la corrupción a todo nivel. El pedido de la calle es que se vayan todos", dijo a Sputnik, Humberto Prado, miembro del Comité Político Nacional del Nuevo Perú, en referencia al momento que se vive en su país. La desaprobación de la sociedad peruana a la clase política llegó a la histórica cifra de 75%.
Con 93 votos a favor, 17 en contra y cero abstenciones, el Congreso aprobó el 15 de diciembre la moción impulsada por la oposición para iniciar el proceso de remoción del presidente. PPK está acusado de haber obtenido ingresos económicos a partir de una empresa a su nombre que brindó asesorías a la firma brasileña Odebrecht cuando era funcionario de Alejandro Celestino Toledo Manrique (2001-2006).
"Ningún funcionario público puede impulsar negocios privados valiéndose de la ventaja que tiene como tal", explicó Prado. Por su parte el mandatario aseguró que no firmó contratos con la constructora brasileña y dijo que considera que sus ingresos han sido totalmente legales en tanto han tributado.
Como parte del proceso de remoción, el 21 de diciembre el jefe de Estado tendrá 60 minutos para defenderse ante los parlamentarios. PPK podrá concurrir a esta sesión extraordinaria solo o con su abogado, o enviar únicamente a su defensor.
Si el presidente es desplazado la ley peruana establece que debe asumir el vicepresidente que hoy lo ocupa, Martín Vizcarra. Sin embargo Prado explicó que este hombre "tiene acusaciones por haber facilitado operaciones a un consorcio extranjero" y por ello hay riesgo de que sea destituido.
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Todos los expresidentes vivos de Perú están presos, prófugos o investigados. Dos de ellos están en la cárcel (Alberto Fujimori y Ollanta Humala), a otros dos (Alejandro Toledo y Francisco Morales Bermúdez) se les dictaron sentencias de prisión que aún no cumplen y un quinto (Alan García) es investigado por lavado de activos.
"Estamos atravesando una verdadera tormenta política que ha arremetido a todas las estructuras de poder. Ante este escenario creemos que lo mejor para Perú es un llamado a elecciones para que el pueblo sea quien decida cómo se resuelve esta crisis", concluyó.