Y es que el periódico The Guardian informó que Collins no estaba satisfecho con los datos proporcionados por Facebook sobre los "intentos" de Rusia de influir en los resultados del referéndum sobre la salida del país de la UE. Tampoco con los datos de Twitter, de una cuenta "probablemente vinculada con Rusia" que gastó un total de 1.030 dólares para seis campañas publicitarias entre el 15 de abril y el 23 de junio de 2016.
"Yo no sé a qué nivel la geopolítica o la geoestrategia rusa pasa por dar voz, a lo mejor, a gente que no tiene voz en determinados países de Occidente. Es decir, dar voz a oposiciones que realmente no pueden alcanzar una notoriedad o una posición en los medios de comunicación públicos y privados de Occidente. Pero yo creo que ahí se acaba la cosa", explica en este sentido el economista José Luis Carretero Miramar, miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión.
Para el experto, "lo que hay realmente en estos momentos es una auténtica histeria con respecto a este tema en toda Europa Occidental y también en EEUU. Hay una auténtica histeria con respecto a la intervención rusa en los procesos electorales y en cuestiones políticas internas, como puede ser el tema de Cataluña en España. Son una serie de acusaciones que para lo que sirven es para ahondar en una deriva autoritaria que había iniciado la UE anteriormente, y que también había iniciado EEUU".
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"En estos casos, lo que estamos encontrando es que con la excusa de esa intervención rusa, hacer una serie de modificaciones legales e implementar toda una serie de políticas públicas encaminadas a limitar gravemente la libertad de expresión", incide Carretero Miramar.
En este contexto, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés) puso el último clavo en el ataúd de la neutralidad en internet en EEUU, implementadas durante el Gobierno de Barack Obama, al argumentar que la medida es necesaria para promover la innovación al detener la micro gestión que hace de Internet el Gobierno.
El economista observa que esta medida del FCC "es un intento desesperado de encausar lo que es un avance tecnológico, un desarrollo de las fuerzas productivas que nos llevaba muy lejos. La tecnología de internet de una manera u otra, se ve relacionada con los grandes movimientos económicos, sociales y culturales de las últimas décadas".
"Con esta medida se busca intervenir en el universo de internet y convertirlo en plus valía", concluye José Luis Carretero Miramar.
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