Anteriormente los médicos afirmaban que las mujeres que padecían diabetes se enfrentaban con el peligro de dar a luz a un niño con enfermedades cardíacas congénitas.
"Descubrimos que es posible evaluar el riesgo del desarrollo de defectos congénitos del corazón, comprobando el nivel de azúcar en la sangre de la futura madre durante el primer trimestre del embarazo", explica el autor principal del estudio, James Priest.
Tras filtrar los dados, los médicos concluyeron que la elevación del nivel de glucosa de 10 miligramos por decilitro aumentaba el riesgo de defectos cardiacos en un 8%. Por lo tanto, los médicos señalaron que sería razonable medir obligatoriamente la glucosa en la sangre de mujeres embarazadas para reducir los riesgos.
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