La gente que sufre de diabetes tiene un nivel de azúcar en sangre demasiado alto, lo que requiere ciertas restricciones en su alimentación.
El tipo de azúcar que se llama fructosa lo contienen las manzanas, las cerezas, el mango, las peras, las sandías y otros alimentos.
Un estudio recién realizado indica que este componente también puede llevar a la enfermedad del hígado graso. Es estudio está publicado en la revista The Journal of Clinical Investigation. Se declara que la fructosa puede hacer daño al hígado y conducir a la cirrosis. Ya se habían publicado anteriormente artículos que trataban del consumo de fructosa como de una causa posible de obesidad y problemas de metabolismo.
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El estudio nuevo revela que la fructosa hace más daño al metabolismo que la misma cantidad de glucosa. La glucosa es otro tipo de azúcar que contienen muchos alimentos y provoca menos daño que la fructosa.
Los estudios demuestran que aunque tanto la glucosa como la fructosa son azúcares, las células reaccionan a su aparición de forma diferente.
La gente que sufre de la enfermedad del hígado graso está bajo riesgo de desarrollar diabetes, al igual que la obesidad es una condición previa para ambos trastornos.
Como el azúcar añadido puede resultar dañino para la salud, se aconseja que la gente consuma más alimentos que contengan azúcar natural, como frutas, legumbres y granos.
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