Según el Centro Nacional para Estadísticas de Salud de EEUU, en los periodos de 1988 a 1994 y de 1999 a 2004, el volumen diario de calorías obtenidas de las bebidas gaseosas por niños de entre 6 y 11 años, creció en un 20%.
Los científicos reconstruyeron un modelo digital de vida urbana llamado 'Poblaciones virtuales para la prevención de la obesidad', basado en las estadísticas reales, donde los residentes se dedican a asuntos cotidianos, compran alimentos y bebidas.
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La simulación demostró que la presencia de etiquetas de advertencia sobre los peligros del azúcar en los supermercados en tres ciudades —Baltimore, San Francisco y Filadelfia— reduce la propagación de la obesidad. Los investigadores creen que tales marcadores en los productos pueden reducir la probabilidad de comprar una bebida que contiene azúcar en un 4%.