Durante el estudio, publicado en el portal especializado EurekAlert, los científicos británicos examinaron la influencia que tiene el llamado índice de masa corporal (IMC) sobre la tasa de mortalidad. En total, en el experimento participaron 60.000 niños y adultos.
En cuanto a los estudios realizados en las décadas anteriores, no encontraban vínculos claros entre la obesidad y la tasa de mortalidad. El hecho es que los científicos se basaban en la supuesta influencia de las enfermedades en el riesgo de la mortalidad de una persona.
En lo que respecta al reciente estudio, el IMC de los hijos tiene vínculos genéticos con el de los padres, mientras que las enfermedades de los progenitores no influyen en la salud de los niños. Asimismo, los investigadores británicos confirmaron que la obesidad —e incluso un ligero sobrepeso— influye en el riesgo de una muerte prematura.
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"Hemos descubierto que incluso tener algo de sobrepeso puede tener efectos profundos en la salud de una persona. Nuestras conclusiones confirman las recomendaciones actuales para mantener el IMC entre las tasas 18,5 y 25", según indicó el encargado del estudio, David Clark.