"Espero que las cosas se normalicen pronto y que podamos, como ha ocurrido siempre desde 1978 [año de aprobación de la Constitución española], tener un dialogo normal y civilizado", dijo Rajoy en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.
En su respuesta, Mariano Rajoy siguió la línea de su discurso previo a la intervención de las instituciones catalanas y afirmó que supeditará cualquier diálogo al sometimiento a la Constitución y al "respeto a las reglas de convivencia que nos dimos entre todos".
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El líder conservador recordó que el respeto a esas normas se rompió con los movimientos unilaterales del Gobierno catalán en la última legislatura para la celebración de un referéndum de autodeterminación —que se celebró pese a la prohibición del Tribunal Constitucional— y para la posterior proclamación de la república catalana.
"Unos gobernantes decidieron que en su comunidad la Constitución no regía, inventaron una nueva legislación, no dejaron hablar a la oposición y además hicieron caso omiso de las resoluciones de los tribunales", relató el presidente del Gobierno.
En ese sentido, el diputado independentista aseguró que, habida cuenta de las demandas de la sociedad catalana, sería "de sentido común" elevar a la categoría de ley un acuerdo político para dar respuesta a "la voluntad de los catalanes de decidir su futuro a través de un referéndum".
"Usted tiene la obligación democrática de que ponerse a negociar ese mandato con el nuevo Parlamento de Cataluña", concluyó el diputado independentista.
Por su parte, Rajoy respondió que "la primera obligación de un presidente del Gobierno es cumplir la ley" e insistió en que no hay diálogo posible con aquellos que plantean un referéndum "sí o sí" porque eso supondría "negar al conjunto de los ciudadanos españoles la capacidad de decidir sobre lo que quieren que sea su país".