"La pena base para la determinación judicial es de seis años de reclusión menor, considerándose que han participado de modo directo y principal en la perpetración del delito, por lo que administrando justicia (…) se impone a los señores Jorge Glas, Ricardo Rivera, Carlos Villamarín, Ramiro Carrillo y Edgar Arias en calidad de autores del delito de asociación ilícita" esta pena, dijo el juez Edgar Flores durante la lectura de la sentencia.
Por ello, los actos del vicepresidente "se adecuan" al delito de asociación ilícita y fueron "principales" para la ejecución del mismo.
Los jueces consideraron también que la comisión del delito contó con "circunstancias agravantes" porque "se perpetró valiéndose de sus condiciones".
Además, añadió Flores, la asociación ilícita se produjo "como medio" para cometer otros delitos, entre los que se puede incluir "posiblemente" peculado, concusión, cohecho, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y delincuencia organizada.
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Tras este dictamen, el legislativo deberá anunciar si da paso al juicio político contra Glas para formalizar su destitución y esperar a que el presidente Lenín Moreno envíe una terna de la que saldrá el nuevo vicepresidente.
La sentencia emitida por el tribunal podrá ser apelada por Glas, aunque el dictamen acorta las vías políticas para el vicepresidente, pues el 2 de enero se cumplen tres meses desde que está en prisión, lo que según la Constitución es una causal de destitución por ausencia definitiva en el cargo.
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Para ello se basó, principalmente, en el testimonio adelantado del ejecutivo de Odebrecht y exrepresentante de la firma en Ecuador, José Santos, quien aseveró que el vicepresidente estaba al tanto de los movimientos de la empresa y que además fue él quien facilitó el regreso de la compañía en 2010.
El juicio contra el vicepresidente, que inició el pasado 16 de noviembre, ha sido el más mediático de la historia contemporánea nacional, pues es la primera vez que una alta autoridad continúa en el cargo a pesar de encontrarse en prisión.