"López Obrador representa la inconformidad social en todo el país, que es muy amplia y pesará en la recta final", dijo a esta agencia el historiador y politólogo José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
El título apela a la incógnita sobre el personaje y a las siglas de su nombre, parte del carisma del candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda).
Meade, que no es militante del PRI y trabajó para el expresidente Felipe Calderón (2006-2012), "manda un mensaje a quienes no quieren al PRI ni a López Obrador, entre el 40 y 50% del electorado", estimó Crespo.
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La disputa por el segundo lugar coloca a Meade, que fue responsable de las finanzas, el desarrollo social y la diplomacia del actual Gobierno de Enrique Peña Nieto, "en un empate técnico de 20 a 22 puntos con el Frente Ciudadano por México".
"Si el Frente se desploma, Meade puede crecer para ser competitivo contra López Obrador", explicó Crespo.
En México "existe un gran hartazgo extendido contra el PRI, mayor al de los años 2006 y 2012", y un escenario bipolar "podría catalizarlo", dijo el autor.
La gran pregunta es si Meade, de 48 años, o el Frente Ciudadano, pueden aglutinar ese voto contrario a López Obrador, de 63 años y con más de cuatro décadas en la política.
Las propuestas de AMLO contra la pobreza, la corrupción o la inseguridad "son atractivas, pero están mal sustentadas y alejadas de la realidad", apuntó Crespo.
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Sin embargo, indicó, "la fragilidad y las fantasías del discurso son algo que no preocupa a sus seguidores, porque casi nadie las analiza, les basta con las grandes promesas".
La esperanza del PRI
Meade arranca de atrás, cargando con la enorme impopularidad de Peña Nieto, que cifra sus esperanzas en él.
"El PRI y el Gobierno saben que su marca está desgastada, que ha crecido la antipolítica, el llamado 'mal humor' social, el descrédito del presidente y los grandes números negativos del partido gobernante", dijo a Sputnik la columnista política Ivonne Melgar.
A pesar de ser considerado como un mal gobernante por analistas y sondeos, con alrededor de 80% de rechazo, "el presidente es un excelente estratega electoral, que se inclinó por Meade porque tiene el mejor perfil de tecnócrata y podría entusiasmar a las clases medias", opinó Melgar, columnista del diario nacional Excélsior.
Pese a que su estilo burocrático entusiasma muy poco, el oficialismo quiere "dotarlo de un discurso que se contraponga a la figura de corte populista de López Obrador, que es el líder de oposición más importante de México en los últimos años", desde que gobernó la Ciudad de México (2000-2005), observó la analista.
El discurso del favorito AMLO "ha oscilado entre la izquierda y la restauración de los años dorados del antiguo régimen" de más de 70 años del PRI, cuando comenzó su carrera en ese partido, que abandonó en 1988.
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En su tenaz determinación por alcanzar la presidencia, AMLO "ha sido desgatado por una campaña de años y la ruptura con el PRD", que fue la mayor formación opositora de centroizquierda, dijo Melgar.
La analista consideró que "sería un milagro que el Frente resuelva la disputa entre Mancera y Anaya para atraer el voto antisistema, similar a las formaciones surgidas en Chile, Uruguay, Perú y otros países latinoamericanos".
Para Melgar, en un mapa dominado por tres grandes fuerzas, "la moneda está en el aire", porque en México no existe la segunda vuelta electoral.
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Las elecciones se celebrarán el 1 de julio de 2018 para elegir presidente, 128 senadores y 500 diputados.