En principio, parece que ningún libro de texto, vídeo 3D o simulador son capaces de sustituir los análisis de casos clínicos de la mano de experimentados especialistas o el intercambio directo de experiencias con otros colegas. No obstante, hoy en día los jóvenes médicos pueden aprender de los métodos más modernos de diagnóstico y tratamiento gracias a la telemedicina.
Entre las tendencias clave del desarrollo de esta tecnología en el mundo figura la creación de una red global de telecomunicaciones médicas en el marco de un proyecto de la OMS, así como la promoción de sistemas internacionales de intercambio de conocimientos médicos (como Satellife).
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En Europa, las principales ramas de la telemedicina van de las urgencias médicas (proyecto HECTOR) a la terapia a distancia (HOMER-D). Los científicos crean algoritmos y estándares para el intercambio de información tanto a nivel de datos entrantes (señales o imágenes) como del anámnesis.
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La experiencia singular y la metodología de la enseñanza en el ámbito de la telemedicina vienen recogidas en una serie de estudios llevados a cabo por universidades miembros del Proyecto 5-100. Se trata de un programa de apoyo a las mejores universidades rusas puesto en marcha por el Ministerio de Educación y Ciencia de Rusia en virtud de un decreto del presidente Vladímir Putin.
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La Universidad Nacional de Investigaciones para las Tecnologías de la Información, Mecánica y Óptica de San Petersburgo (IFMO, miembro del Proyecto 5-100), en colaboración con el Centro Nacional de Investigación Médica Almázov, imparte un programa de magisterio de Biomedicina Computacional y desarrolla el área de medicina translacional. Se trata de una rama interdisciplinaria dirigida a incorporar en la práctica médica estandartizada las herramientas útiles de las que disponen la física moderna, la tecnología de la información y la ingeniería mecánica.
Además, la IFMO ha puesto en marcha un sistema experimental de soporte a las decisiones, que tiene por objetivo mejorar la calidad de la asistencia ambulatoria al paciente. El proyecto consiste en una especie de ayudante 'virtual' para el médico que permite comprobar los datos del paciente. El resultado lógico de los esfuerzos para desarrollar la telemedicina es, para los especialistas de la IFMO, la creación del Centro Federal de Consultas Telemédicas.
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Los expertos destacan que la sinergia entre el sector de la formación y la comunidad empresarial en el caso de la telemedicina mejora significativamente la calidad de vida de las comunidades locales, algo que en Rusia se puede observar con el ejemplo de la cooperación entre la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares (MEPhI, miembro del Proyecto 5-100) y la corporación Rosatom.
Para este sistema se ha implantado la comunicación por audio y videoconferencias con protección ante virus y accesos no autorizados.
"El ATLANT no es solo una tecnología. Dada la inteligencia artificial utilizada en nuestro sistema, es sobre todo una forma de pensar que tiene grandes posibilidades de extrapolación. Por ejemplo, para los sistemas de soporte a las decisiones de especialistas, para minimizar el riesgo de lesiones en el deporte.
La evolución de la telemedicina está ligada estrechamente a la dinámica de la exportación de servicios educativos.
"A día de hoy la comunidad profesional ya tiene claro el asunto de la telemedicina. Desde principios de año se debate activamente tanto el aspecto legal como el práctico. La telemedicina es un término que engloba muchos componentes. Pero en general la vemos como una herramienta auxiliar que permitirá a la medicina de hoy ser aún más eficaz. En ningún caso sustituye nada sino que es un complemento. Cualquier solución nueva debe ser aprobada clínicamente y demostrar su seguridad", explica Andréi Vetluzhski, director del Centro de Tecnologías y Sistemas Informáticos Médicos de la Universidad de Medicina Séchenov de Moscú (miembro del Proyecto 5-100).