El documento, publicado el 5 de diciembre, fue firmado el 30 de noviembre por el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, y ahora está a la espera de ser promulgado por el presidente Vladímir Putin.
El tratado, que "estará vigente por 49 años y se prolongará automáticamente por 25 años" una vez entrado en vigor, también estipula "desarrollar y modernizar infraestructura" del centro ruso en Tartus "para llevar a cabo reparaciones y restablecer las reservas de los víveres y para el descanso de los tripulantes".
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El documento indica que Rusia puede modificar, desarrollar, demoler o construir nuevas instalaciones en su centro del puerto de Tartus según su criterio, y todas nuevas construcción serán de propiedad rusa, pero se traspasarán a Siria de manera gratuita después de concluir el acuerdo.
Uno de los puntos del documento afirma que Rusia tiene el derecho de llevar al centro de mantenimiento de Tartus "todo tipo de armas, municiones, equipos y materiales" a través de las aguas sirias.
El centro se traspasa a Rusia de manera gratuita y, según el acuerdo, Siria no podrá cuestionar ninguna actividad del personal militar ruso, ni demandar ante los tribunales "ningún hecho relacionado con la labor del punto de abastecimiento técnico-militar, ni al personal" de la base rusa en Tartus.
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Además, el documento garantiza la total inmunidad de la legislación siria del centro, así como su inviolabilidad y los privilegios al personal.